La Biblia siempre nos ha dicho y aconsejado como hay que alimentarnos para disfrutar de buena salud, en su infinita sabiduría nos dice en Génesis 1:29: También les dijo: «Yo les doy de la tierra todas las plantas que producen semilla y todos los árboles que dan fruto con semilla; todo esto les servirá de alimento.
La Iglesia Adventista siempre ha enfatizado los estilos de vida saludables y una alimentación vegetariana pero ahora la ciencia también recalca su importancia.

El consumo de embutidos es cancerígeno y el de carnes rojas “probablemente” también, indicó la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) de la OMS.
En su informe, esa agencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) precisa que basa sus conclusiones en “literatura científica acumulada” y examinada por “un grupo de trabajo de 22 expertos de 10 países”.
“La carne transformada fue clasificada como cancerígena para el ser humano, en base a indicaciones suficientes según las cuales su consumo provoca cáncer colorrectal”, indicó la IARC.
Precisa que ello incluye “la carne transformada por salado, maduración, fermentación u otros procedimientos destinados a realzar su sabor y mejorar su conservación”.
La mayoría de las carnes transformadas contienen cerdo o vacuno, pero pueden provenir de otras carnes rojas, o de aves, vísceras o subproductos cárnicos como la sangre, aclara la IARC.
Como ejemplo de carnes transformada cita salchichas, jamón, chorizos, carne de vacuno seca, así como carnes en conserva y las preparaciones y salsas a base de carnes.
Por su parte, las carnes rojas fueron clasificadas como “probablemente cancerígenas para el ser humano, sobre la base de indicaciones limitadas según las cuales su consumo induce cáncer”.
Por “carnes rojas” el informe precisa que debe entenderse “todos los tipos de carne provenientes de tejidos musculares” de mamíferos, incluyendo la carne vacuna, porcina, ovina, equina y caprina.
Doy gracias a Dios porque me hizo nacer pobre, y porque me ha mantenido así hasta el día de hoy. De manera que al ser pobre y la carne estar tan cara, solo la comía en las grandes festas del pueblo. Y eso ha contribuido, creo, a que a mis 78 años esté casi en perfectas condiciones físicas para mi edad.
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Hermano José el plan de Dios para con sus hijos es maravilloso, eres un ejemplo que el bajo o nulo consumo de carnes es recompensado con una mejor salud y calidad de vida. Nos alegramos que Dios le haya bendecido con tantos años.
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